La mayoría de las mujeres identifica osteoporosis (y  fracturas) con menopausia, dado que la enfermedad suele manifestarse  después de los 50 años. Sin embargo, con motivo del Día Mundial  de la Osteoporosis, especialistas de la International Osteoporosis  Foundation (IOF) afirmaron que también las mujeres jóvenes pueden sufrir  fracturas por descalcificación, en particular cuando están embarazadas o  amamantando y no se alimentan adecuadamente. 
Es por eso que aconsejan cuidar la salud de los huesos cada día, durante todas las etapas de la vida, ya que con pequeños cambios de hábitos se puede reducir el riesgo de sufrir osteoporosis.
Esta enfermedad se caracteriza por una disminución en la densidad y calidad de los huesos,  que conlleva un aumento del riesgo de fractura. Se calcula que causa  una fractura cada tres segundos, incluyendo tres de vértebra por minuto  en todo el mundo.
El profesor doctor José Zanchetta, director científico de la IOF para  América Latina, reveló que “hay personas a las que una fractura las  fractura, les cambia la vida para siempre, y les ocasiona un daño  irreparable. El principal riesgo es tener un antecedente familiar de  fractura (abuela, madre u otro familiar cercano), aunque muchas veces no  se lo relaciona con esta enfermedad”.
La buena noticia es que “para no repetir la historia”, el especialista aseguró que “lo mejor que se puede hacer para prevenirla es incorporar la cantidad suficiente de calcio y vitamina D,  a toda edad, haya o no haya otros factores de riesgo presentes”.  Asimismo, debe integrarse la actividad física a la vida cotidiana,  formando hábitos saludables que protegen contra ésta y otras afecciones.
“En la mujer que ya presenta una descalcificación ósea, a  todo tratamiento o medida que se tome, desde actividad física hasta  terapias farmacológicas, se le debe sumar calcio y vitamina D”,  destacó Zanchetta, agregando que “en la niña, la adolescente y la mujer  joven, la ingesta adecuada de estos elementos favorece la formación de  huesos fuertes, que resistirán mejor durante el período natural de  pérdida ósea”.
El calcio se encuentra principalmente en los lácteos (leche,  queso, yogures enriquecidos con calcio y otros), mientras que la forma  más sencilla de obtener vitamina D es mediante una leve exposición al  sol (cara, brazos y piernas) dos o tres veces por semana. Por  eso, “para una vida saludable, hay que enseñarles a los chicos a comer  incorporando los lácteos, haciendo actividad física y exponiéndolos un  rato al sol”, sintetizó.
No obstante, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS) de  2007 mostró que el 94,3% de las mujeres argentinas de 10 a 49 años de edad tienen una ingesta inadecuada de calcio.La mediana de ingesta de calcio en la muestra nacional fue 367 mg, en lugar de los 1000 mg recomendados.
En embarazadas, el consumo promedio de calcio fue de 446 mg diarios, con un déficit en el 88,5% de los casos.
La licenciada Silvia Seccia, nutricionista del Instituto de  Investigaciones Metabólicas (IDIM), comentó que “por lo general, el 60  al 70% del aporte diario de calcio se cubre con lácteos, que son los que  poseen mayor cantidad y biodisponibilidad de calcio, y el resto con  otros alimentos. Otra opción, para intolerantes a la lactosa, es  el sésamo pulido y molido, mientras que los frutos secos o los  vegetales, si bien poseen calcio, no ofrecen una buena  biodisponibilidad, porque la fibra que poseen interfiere en la absorción  de este nutriente a nivel intestinal“.

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