Así lo reveló el último Estudio sobre la Audición de la Población que además destacó que sólo el 14,5% afirmó que se somete a controles todos los años, mientras que un 60% dijo que nunca se revisó la audición -el 35% de este grupo son jóvenes de 18 a 30 años-.
"Este estudio reveló, asimismo, que el 26,8% de los encuestados con hijos nunca los llevó a un especialista para que se les realice evaluaciones auditivas", comenta la fonoaudióloga Mónica Matti, Responsable del Área de Calidad y Formación de GAES Centros Auditivos.
En este sentido, la profesional afirma que "el control auditivo debería ser obligatorio por los menos cuando el niño ingresa a las diferentes etapas de la escolaridad".
"Deberían, también, constar en la libreta escolar. El impacto de la pérdida auditiva sobre la adquisición y el desarrollo del lenguaje y las capacidades cognitivas, dependen en gran medida de una efectiva detección temprana, es por ello que sugiero a los padres tener en cuenta los controles de audición de los niños en diferentes etapas de su desarrollo", indicó Matti.
La especialista advirtió que "una de las principales consecuencias de la pérdida de la audición es la incapacidad de la persona afectada para comunicarse con otros". "Por esta dificultad, muchos de los pacientes se aíslan y evitan salir de su casa, disminuyendo su actividad social y laboral. Además, la hipoacusia suele tener consecuencias sobre las capacidades psíquicas, neurológicas y físicas del paciente no equipado con audífonos, como el deterioro cognitivo, alteraciones de la conducta y de la memoria, entre otras", indicó la fonoaudióloga.
De esta manera, resulta vital la prevención: "es la herramienta más eficaz para cuidar nuestra salud auditiva", destacó. "La vacunación en la infancia contra enfermedades infecciosas como la rubeola, el cuidado recibido durante el embarazo, evitar el uso inadecuado de medicamentos ototóxicos y la posibilidad de un parto traumático con consecuencias sobre el bebé podrá disminuir la posibilidad de una hipoacusia congénita. El cuidado de los oídos para evitar las otitis externas y de oído medio durante todos los períodos de la vida y la no exposición prolongada a ruidos intensos sin protección auditiva puede disminuir la posibilidad de una hipoacusia adquirida", aseguró la especialista
Reproductores de música
Por otro lado, los excesos de volumen provocados en recitales o lugares bailables se le suma la nueva generación de reproductores portátiles de música como ipods, entre otros, que son utilizados durante más tiempo y con un volumen más elevado de lo recomendado, pues se debe tener en cuenta la diferencia de presión sonora que percibe el oído desde un parlante y la que se puede recibir directamente dentro del conducto auditivo con un auricular de estos equipos.
Estos reproductores representan un riesgo mayor porque hacen posible que los sonidos se escuchen a niveles altos sin distorsión y sin pérdida significativa de calidad, por eso el usuario no baja el volumen.
Una exposición prolongada a sonidos fuertes puede dar lugar a pérdidas de audición temporales o permanentes y zumbidos en los oídos (tinnitus) sensación de "abombamiento" y hasta mareos. Además, también puede afectar a la memoria, la lectura y el aprendizaje en los niños.
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