domingo, 29 de junio de 2014

El 80% de los argentinos no ingiere la cantidad recomendada de lácteos

El 80% de los argentinos no ingiere la cantidad recomendada de leche o de sus derivados, según estudios realizados por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y presentados hoy en el marco de la Jornada Internacional de Productos Lácteos y Nutrición Humana que se celebra en Buenos Aires.
Las conclusiones de la SAN apuntan a que un consumo adecuado de lácteos ayudaría no solo a fortalecer los huesos, sino también a disminuir el riesgo de enfermedades inflamatorias crónicas sistemáticas, como la diabetes tipo II, la hipertensión y las cardiopatías.
"Los argentinos tomamos menos productos lácteos de lo que deberíamos. En la consulta diaria uno ve que estamos plagados de mitos, como por ejemplo que la leche impide la cicatrización de las heridas", señaló el doctor César Casávola, presidente de la SAN.
Según las recomendaciones internacionales, para satisfacer nuestras necesidades, el consumo promedio por habitante debería ser de alrededor de un gramo de calcio por día (880 miligramos, en promedio, con variaciones de acuerdo con la edad).
Sin embargo, "hoy, si se distribuyera todo el calcio disponible, apenas si se cubriría el 60%", apuntó el doctor Esteban Carmuega, director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), encargado del estudio "patrones de consumo de lácteos y calcio en la población argentina".  El  doctor Carmuega además  planteó:  "El trabajo indica que dos de cada tres adultos no consumen las dos porciones de lácteos recomendadas por las guías alimentarias de nuestro país, y nueve de cada 10 adolescentes y siete de cada 10 escolares no alcanzan a consumir las tres porciones aconsejadas".
En base a los datos presentados por los expertos, en nuestro país se producen más de once mil millones de litros de leche, pero se consumen alrededor de 8500 millones. Si se quisiera compensar con lácteos los déficits de calcio obtenido de otros alimentos, este último número debería ascender a 10.000 millones.
Si bien este micronutriente es primordialmente necesario durante la niñez y la adolescencia, los efectos de su carencia se expresan más tarde. Es por eso que los médicos aconsejan llevar a cabo una dieta de lácteos balanceada y equilibrada  

Los beneficios del  calcio

A partir de los 4 o 5 años se recomienda que los chicos consuman 3 raciones de calcio por día- que equivale a un vaso de yogurt, de leche o un cuadradito de queso-, esto contribuye a la prevención de roturas de huesos y osteoporosis temprana.  Tan importante es la ingesta de lácteos en la infancia que si en esa etapa “los depósitos de calcio fueron altos, la descalcificación en la tercera edad llega muy tarde, incluyendo la osteoporosis”, remarcó el doctor Carmuega, quien también destacó que el consumo de lácteos en el desayuno permite “prevenir la obesidad, aumenta el desempeño físico y mejora la capacidad de aprendizaje”.

Bronquiolitis: una infección respiratoria que afecta a bebés

Las infecciones respiratorias bajas son la principal causa de enfermedad y mortalidad en los niños. Dentro de este grupo se destacan la Neumonía y la Bronquiolitis. La primera afecta, en general, a todas las edades pediátricas, pero la segunda es prácticamente exclusiva de la edad infantil o los menores de 2 años. La Bronquiolitis es una enfermedad infecciosa aguda que se caracteriza por signos y síntomas de obstrucción respiratoria.
 Si bien son varios los agentes o microorganismos que la pueden producir, el responsable principal es el llamado Virus Sincicial Respiratorio (VSR). Ya desde el otoño y con un pico en junio y julio la epidemia de Bronquiolitis genera una intensa carga de atención en la salud pública infantil de nuestro país.
 La edad que más se afecta son los menores de 1 año con un pico entre los 2 a 6 meses. Se estima que aproximadamente entre 15 y 25% de los niños pueden presentar bronquiolitis y que 1% debe hospitalizarse por compromiso respiratorio. Los chicos que concurren a guardería, que conviven con padres fumadores o en ambientes mal ventilados, son los que mayor riesgo tienen de desarrollar esta complicación.
 Las infecciones que pueden provocar bronquiolitis son contagiosas. Estas se diseminan en pequeñas gotas de fluido que se emiten al toser o estornudar desde una persona infectada.
Las primeras manifestaciones de la enfermedad son similares a las del resfrío, como congestión nasal, tos y fiebre baja. Posteriormente la tos puede empeorar en los siguientes 3 a 7 días, apareciendo un silbido en la respiración con dificultad del niño para alimentarse o vomitar luego de un acceso de tos. Los padres deben estar atentos si el chico es capaz de alimentarse y puede dormir.  Si alguna de estas conductas se ve alterada y el pequeño se encuentra irritable, se debe consultar al pediatra.
 La duración de la enfermedad es de aproximadamente 10 a 12 días, aunque la tos puede continuar por un periodo de varios días más, desapareciendo gradualmente.
En la mayoría de los casos las bronquiolitis son leves y no requieren tratamiento específico.  Los antibióticos no son útiles, porque la enfermedad está causada por una infección viral y estos medicamentos sólo son efectivos en las bacterianas. En algunos casos, se administran medicamentos inhalatorios para ayudar a dilatar las vías respiratorias del niño que se encuentran obstruidas e inflamadas.

Gran avance: Tratamientos más eficaces para el cáncer de colon

El cáncer colorrectal presenta más del 90% de probabilidad de cura si se detecta tempranamente, utilizando el test de sangre oculta en materia fecal o la videocolonoscopía para mayores de 50 años. Pero cuando los tumores ya están diseminados, es preciso aplicar quimioterapia y la estadística muestra que la mitad de ellos logran curarse.
 Ahora, un estudio de investigadores argentinos presenta resultados alentadores para mejorar el tratamiento de aquellos tumores de colón que son resistentes a la quimioterapia. “Identificamos una proteína que debilita ese tipo de cáncer. Si aumentamos su cantidad en el tumor, se incrementa la disponibilidad de Zinc, entonces el tumor se debilita y la quimioterapia resulta más efectiva”, afirmó el doctor Juan Martín Arriaga, primer autor del trabajo realizado bajo la dirección de los doctores José Mordoh, jefe del Laboratorio de Cancerología del Instituto Leloir y director del Centro de Investigaciones Oncológicas (CIO) de FUCA, en el Instituto Alexander Fleming; y Michele Bianchini, director del grupo de investigación en Tumores del Sistema Digestivo en el CIO.
Estudios previos ya habían demostrado que los pacientes con tumores de colon que tienen abundancia en proteínas MT1G y p53 poseen mejor pronóstico que el resto de los casos, coinciden Mordoh y Bianchini, también investigadores del CONICET.  
 Muchos tumores resisten la acción de la quimioterapia ya que “aprenden” a no activar señales de muerte intracelulares, como por ejemplo la proteína p53, cuya actividad frena el avance tumoral.
 “Nuestro objetivo fue buscar modos de mantener estable ese mecanismo en los tumores resistentes para así mejorar la eficacia de la quimioterapia”, indicó el doctor Arriaga, becario del CONICET en la Fundación Instituto Leloir. Este avance es el resultado de casi 10 años de trabajo llevado a cabo por biólogos, bioquímicos, cirujanos, patólogos y oncólogos.
 Una de las causas de la aparición de cáncer de colon es la predisposición genética debida a alteraciones en algunos genes por lo tanto, los individuos con familiares que son o han sido afectados por la enfermedad deben acudir a exámenes médicos periódicamente.

Obesidad y fertilidad, una relación conflictiva para mujeres y hombres

 La obesidad afecta al 25% de la población adulta, constituyéndose en una epidemia mundial. Sus consecuencias sobre la salud son conocidas: afecta a todo el organismo y fundamentalmente al aparato cardiovascular, respiratorio y digestivo.
El sistema reproductor no está ajeno a esto y tanto en mujeres como en hombres hay una disminución en la fertilidad que podría vincularse a factores relacionados con la obesidad. Hay estudios que muestran que, en los hombres, cuanto mayor es el peso corporal hay una disminución en la cantidad y movilidad de los espermatozoides.
En la mujer podría afectar el endometrio –que es el tejido del útero donde se produce la implantación de los embriones- y también la ovulación, es decir,  las características del ovulo, su porcentaje de fertilización por el espermatozoide y también la implantación embrionaria.
El tejido adiposo no es inerte sino que es muy activo. Cuando hay un aumento exagerado de la grasa corporal, sobre todo la localizada en el abdomen y en los órganos internos, puede producir importantes alteraciones hormonales y metabólicas.
Está demostrado que existe una menor posibilidad de éxito de embarazo en pacientes obesas que realizan tratamientos de fertilización in vitro; cuanto mayor es la tasa de obesidad menor es la posibilidad de embarazo.
Estudios recientes muestran que existe una organización diferente en la estructura del óvulo de una mujer obesa  y que eso es lo que podría llevar a alteraciones que posteriormente disminuirían la posibilidad de embarazo.
Las hormonas como estrógeno, progesterona y de  origen en la glándula hipófisis –como LH y FSH- se encuentran en niveles alterados en la obesidad.

Mayor riesgo

En pacientes obesas embarazadas existe mayor riesgo de complicaciones como la hipertensión, gestosis o diabetes gestacional, por mencionar algunas, y esto genera diferentes dificultades tanto para la embarazada como para el recién nacido.  Ciertos fenómenos como la obesidad o enfermedades como la poliquistosis ovárica –que es causa de infertilidad- condicionan una mayor producción de sustancias que afectan la función celular y actúan sobre las mitocondrias. Las mitocondrias son estructuras celulares microscópicas que actúan como fuente de energía e intervienen  en la respiración y el metabolismo celular.
La poliquistosis ovárica, al tener una mayor incidencia de obesidad central –es decir, en el aumento de peso concentrado en la zona del abdomen y caderas-, se relaciona con una mayor alteración en la función del tejido adiposo, que a su vez predispone el aumento de las hormonas masculinas llamadas “andrógenos”, cambios metabólicos y un aumento del llamado “estrés oxidativo”.
Todo esto se constituye en un círculo vicioso donde todo se potencia. Mediante el descenso del peso puede mejorar sus consecuencias. Hay dietas que no sólo ayudan a disminuir el peso sino que también, a través de una mayor concentración de antioxidantes, facilitan el embarazo y disminuyen las complicaciones que pueden ocurrir durante el mismo.
El rol del médico es fundamental en la explicación sobre cómo estos distintos factores de la obesidad afectan a la fertilidad, y en la posterior orientación en cuanto a los cambios en la forma de vida. Todo esto, será de gran ayuda para tratar de revertir la obesidad y aumentar las posibilidades de un embarazo sin complicaciones.