domingo, 10 de octubre de 2010

La obesidad, el karma de los argentinos

Más de la mitad de los argentinos tiene exceso de peso y el 29,1 por ciento afronta índices elevados de colesterol, mientras la actividad física se redujo en la población, reveló la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles realizada por el Ministerio de Salud Pública de La Nación.
El estudio mostró que el 25,4 por ciento de los argentinos agrega siempre sal a las comidas y sólo el 4,8 consume al menos cinco porciones de frutas y verduras por día, lo que mostró una reducción de la participación de esos alimentos en la dieta promedio.
El consumo de tabaco, en tanto, se redujo "en escasa magnitud" al 27,1 por ciento, según las estadísticas relevadas en la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (Enfr) para Enfermedades No Transmisibles 2009, presentada por el ministerio de Salud.
La investigación, que consultó a 35 mil personas mayores de 18 años en diferentes puntos del país, mostró que el 19,2 por ciento de la población evaluó su salud como "mala" o "regular".
Respecto del peso corporal, la encuesta informó que "más de la mitad de la población (53,4 por ciento) presenta exceso de peso (sobrepeso y obesidad)" y advirtió que "aumentó significativamente la obesidad de 14,6 por ciento a 18 por ciento, sin cambios en la prevalencia de sobrepeso, que es de 35,4 por ciento".
Asimismo, sostuvo que "una mayor proporción de la población adulta (81,4 por ciento) se controló la presión arterial en los últimos dos años, aumentando en relación a 2005". "De estos, el 34,5 por ciento presentó presión arterial elevada en al menos una consulta", reveló el estudio.
El control del colesterol, en tanto, aumentó a 76,6 por ciento en varones mayores de 35 años y mujeres mayores de 45, mientras el 29,1 por ciento de la población manifestó tener ese índice elevado.
La política preventiva del Ministerio de Salud para mejorar la calidad de vida hace hincapié en que la gente haga más actividad física; no fume; tenga menos exposición al humo del tabaco; no exponga a los niños al sol, y se alimente saludablemente, consumiendo más frutas y verduras y menos sal.

Alerta: época de rinitis alérgica

La llegada de la primavera se suele asociar con el comienzo de las alergias, especialmente con la denominada rinitis alérgica, sin embargo, se trata de una enfermedad crónica con alto impacto en la calidad de vida y con altos costos directos (gastos médicos y terapéutica) e indirectos (rendimiento escolar y laboral).
La rinitis alérgica es un problema global de salud pública. Su elevada prevalencia, la existencia de enfermedades comórbidas (como sinusitis, asma, otitis con efusión, poliposis, conjuntivitis e infecciones del tracto respiratorio superior), la afectación de la calidad de vida del paciente y los elevados gastos que ocasiona son razones suficientes para considerarla como una de las enfermedades de mayor impacto sanitario. No obstante, a menudo es una enfermedad soslayada y, por consiguiente, subdiagnosticada y subtratada. Esta patología es una reacción de las vías nasales contra alergenos (disparadores de reacción alérgica), tales como el polen, el polvo de ácaros, alergenos de animales, esporas de moho y polen. Luego de la exposición a dichos alergenos, suelen ocurrir inflamación de las vías nasales y síntomas que incluyen lagrimeo, congestión nasal, estornudos, goteo o picazón de nariz/ojos. “La rinitis alérgica es una enfermedad crónica que en la mayoría de los casos tiene un curso perenne con exacerbaciones en épocas de polinización. Es comúnmente confundida con un simple resfrío, pero en el caso de la rinitis la sintomatología se repite y el paciente pasa largos períodos resfriados. Es muy importante la consulta al médico alergólogo, para comenzar un tratamiento adecuado y así aliviar los síntomas lo más rápido posible”, explicó el doctor Hugo Ghiani, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
La rinitis alérgica no es, en general, una enfermedad grave que comprometa la vida de quienes la padecen, pero puede incidir sobre la calidad de vida y afectar el rendimiento escolar, la productividad laboral y la actividad socia. El tratamiento de la rinitis alérgica se basa en tres pilares fundamentales: la prevención (evitar factores que desencadenen la sintomatología), el tratamiento farmacológico (existen medicamentos preventivos y descongestivos indicados para esta patología) y la inmunoterapia (vacunas).