viernes, 19 de agosto de 2011

Adictos al “ruido”, un serio problema

Un zumbido agudo, parejo y muy molesto que tarda horas y hasta días en desaparecer es señal de que el iPod y el MP3 se están usando mal y que el oído está en peligro. Pero aunque los adolescentes no lo perciben como un síntoma, cada vez son más los que consultan al especialista porque no pueden escuchar bien.Un serio trastorno que se evitaría simplemente utilizando moderadamente el volúmen .

Se trata de un problema preocupante, que se asocia al uso de nuevas tecnologías para escuchar música y entretenerse (Ipods, reproductores de MP3 y hasta videojuegos) tanto como al exceso de decibeles que suele caracterizar a los lugares de diversión frecuentados por jóvenes, como bares o boliches. Y que ya deja ver sus primeras consecuencias, como la aparición en chicos de 20 años con problemas auditivos que hasta no hace mucho eran exclusivos de la tercera edad.
El ejemplo más claro es el de los acúfenos, esos zumbidos intermitentes o crónicos que representa uno de los daños más comunes asociados al exceso de ruido. 
Los datos que manejan los expertos indican que el llamado ruido recreacional (aquel al que los jóvenes se exponen para divertirse) se triplicó en el curso de la última década. Como consecuencia de eso, el número de consultas a los especialistas creció en alrededor de un 20%, mientras la cantidad de adolescentes con hipoacusia generada por el ruido aumentaba a entre el 6 y el 8%.
Así surge de trabajos realizados periódicamente por la Comisión de Ecología del Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata, que arrojan otro dato alarmante: aunque el 93% de los chicos consultados reconocen que el exceso de volumen puede ser malo para la salud auditiva, el 72% admite exponerse habitualmente a la música alta.De ese sondeo surge que cuando salen de los boliches y bares, el 34% de los jóvenes consultados registran disfonía, un indicador de que el nivel del sonido al que estuvieron expuestos era demasiado alto.
De ese relevamiento se desprenden a su vez, otros datos. Por ejemplo, el que dice que después de una noche de diversión en bares, boliches o recitales, un 67% de los jóvenes sufren aturdimiento, un 30% pérdida momentánea de la audición, un 26% dolor y un 8% mareos.
La Organización Mundial de la Salud lanzó una advertencia sobre la pérdida de la audición por la exposición excesiva al ruido, además de considerarla una de las enfermedades irreversibles más frecuentes, especialmente entre los jóvenes. Por eso insiste en ciertas recomendaciones para no acelerar esa pérdida que, según una organización británica dedicada a la prevención de la sordera (Deafness Research UK) advierte que los jóvenes de hoy podrían perder la audición 30 años antes que las generaciones anteriores.

Utilizarlos, pero con precaución


Sólo si se toman unas pocas precauciones el uso del iPod y el MP3 es totalmente inofensivo. Los fabricantes avisan sobre el riesgo del uso inadecuado y es responsabilidad del usuario utilizarlos a conciencia. Esos cuidados incluyen no superar las ocho horas de uso continuado ni un volumen de 85 decibeles. Exceder esa intensidad y ese tiempo, sin dudas afectará la audición.

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